De niños se empieza

Desde muy pequeño recuerdo estar totalmente loco por la Naturaleza, era el único lugar donde sentía que pertenecía y donde me sentía libre y así sigue siendo hasta el día de hoy.
Recuerdo como pasaba horas viendo documentales y después salía al patio a vivir aventuras por las selvas de mi imaginación junto a mis juguetes de animales, en ocasiones tomaba el sombrero de mi abuelo, un palo largo y mis serpientes de juguete, las esparcía por el patio y las comenzaba a buscar con mucho cuidado.
Cuando tenía 3 años capturé un garrobo que era enorme y se lo traje a mi mamá y como a los 5 años majé una Boa por la noche y mi abuelo la capturó, esa noche conocí la especie y me impresionó como se enrollo en el brazo de mi abuelo.
Aveces me sentía extraño porque mientras todos mis primos solo querían jugar bola yo quería escalar árboles, buscar lagartijas, insectos y arañas, observar a las aves, o escaparme para el bajo. El bajo es un lugar que amo y donde me sigue gustando estar, recuerdo que acompañaba a mi abuela a dejarle almuerzo a mi abuelo que trabajaba cortando el pasto de ese lugar y nos sentábamos debajo del árbol de aguacate o de guayabas a comer. Después de comer nos íbamos cerca del peñón y observábamos la catarata y a los monos en las ramas que si no estábamos atentos nos lanzaban caca y una vez atinaron.
Mi abuelo fue pieza clave en mi pasión, con él veía National Geographic (¿se acuerdan de esa música épica de NatGeo?) y me encantaba que me contara historias de sus aventuras en las montañas, como la ocasión que se perdió y se alumbró el camino con hongos bioluminiscentes.
Legó la adolescencia, me hice mayor y comencé a vivir aventuras reales explorando selvas, cerros, montañas,savanas, ríos, cataratas y documentando la biodiversidad de mi hermosa Costa Rica con mi cámara.

Publicado el 06 de marzo de 2020 a las 10:04 PM por kevin_venegas_barrantes kevin_venegas_barrantes

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